28 de marzo de 2024

Salto, el remanso

TEXTO Y FOTOGRAFÍAS PABLO RUSSO

 

 

«En la semana también es así de tranquilo», dice una señora detrás de un mostrador, dando cuenta que el silencio del domingo se extiende a diario en la Aldea Salto. «Por la noche nomás, a veces pasan los chicos en moto haciendo ruido, como en todos los pueblos», agrega.

 

 

Para llegar al caserío que es cabecera del área rural circundante, a unos 25 kilómetros de la capital entrerriana, hay que tomar el camino de tierra que nace entre la entrada arbolada a la Escuela Alberdi y la Ruta 11, en la rotonda sur de Oro Verde. Desde allí, un camino -más bien dos, una huella que parece más antigua y un camino ancho de brosa y tierra- avanzan entre sembrados de soja y maíz (al menos en tiempo estival) que crecen hasta la vera misma del paso automotor. Las irregularidades del terreno permiten, por momentos, panorámicas extensas de los campos entrerrianos, que se expanden como sábanas verdes flameantes al viento. Algunos molinos decapitados por el Quijote del tiempo anteceden al poblado, que presenta su calle central asfaltada. También se puede acceder por la Ruta 11, a través de un camino de tierra de casi cuatro kilómetros.

 

 

Diez manzanas en tres paralelas conforman la Aldea Salto o Campo María, donde los nombres de las calles le escapan a la tradición de cualquier concentración urbana. En lugar de designar fechas patrias o nombre de próceres, hacen referencia a la particular historia local: Fundadores de fe y esperanza, Abuelos inmigrantes, Tierra de labradores, Pueblo de los molinos, San Miguel Arcángel o Santa Cruz.

 

 

Salto fue fundada el 21 de julio de 1878 por familias alemanas del Volga, como parte de la Colonia Alvear, quienes la denominaron Aldea Santa Cruz. Con el tiempo predominó el paisaje y pasó a llamarse Aldea Salto, en relación al arroyo de ese nombre que corre en sus cercanías rumbo al Paraná. Otros nombres que se utilizan por allí son Aldea Kehler (que designa también a la Escuela secundaria n°17), en recuerdo del lugar de Rusia del que provinieron las familias pioneras.

Elena atiende el viejo mostrador detrás de la despensa La salteña, que heredó de su padre Matías. El pequeño mercado es lo único abierto un domingo por la mañana y si bien ahora vende productos envasados fabricados en serie, se adivina en el lugar un pasado de despacho de bebidas para los campesinos que se arrimaban a comprar grasa suelta, harina o kerosene y que se quedaban jugando al billar y a las cartas entre una nube de humo de tabaco. «Terminábamos a la madrugada y había que ir a bañarse del olor a cigarrillo que nos quedaba en el pelo», recuerda entre las razones de la decisión de dejar de ser un punto social de encuentro. «Para tomar algo hay otro lugar, al lado del centro de salud», aclara.

 

 

Detrás de la iglesia San Miguel Arcángel, la florida plaza Santa Cruz ofrece juegos para gurises. Algunas de las casas, la mayoría de las cuales no tienen rejas, están custodiadas por cisnes macetas y otros ornamentos similares en sus entradas. Los pocos vehículos que se ven en marcha son camionetas, de este siglo o del anterior. Más allá del puñado de cuadras asfaltadas, sigue el trazado del camino entre los campos verdes. Hacía el Oeste, rumbo al Paraje la Virgen; hacia el Sur Oeste se llega a Spatzenkutter. Al Este, el trazado conduce hacía la ruta interna que une Paraná con Crespo, a la altura de Villa Gobernador Luis Etchvehere (Las Delicias). Cualquiera sea el rumbo elegido, la sensación al continuar la ruta es la de haber flotado momentáneamente en un remanso de humanos tranquilos entre un mar agrícola ganadero.

 

 

 

Compartir Compartir en Facebook Compartir en Twitter Compartir en Whatsapp
Comentarios (3)
  1. Javier dice:

    Ese negocio se hasia yamar EL NEGOCIO DE LOS LIPSHEL

  2. Schvemler Mirta dice:

    Yo cresi en esa Aldea allí fui feliz recorría las pocas calles de mí querida Aldea en esos tiempos las calles de tierra y el Almacén de Elena dónde comprábamos las cosas allí quedó mis recuerdos de la infancia ..te felicito por lo que haces ..

  3. Marcela dice:

    Que pena,te falto ir al bar o tienda de ramos grales que es de mi primo berto ruhl,la original quedo la estructura, esta a la entrada de la aldea ,tantas anécdotas hermosas !!! Mis tíos abuelos fueron los fundadores de ese almacén bar…donde se tocaba el acordeón verdulero y se canta en alemán, te lo.perdiste a pedro, el que arregla todo en la aldea,un ser increíble!!!!

Responder a Javier Cancelar la respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *