7 de septiembre de 2024

Más que una fiesta

TEXTO Y FOTOGRAFÍAS SOFÍA TABORDA

 

 

La calurosa tarde del domingo 15 de octubre congregó a un grupo en torno a la celebración del Contrafestejo. A partir de las 17 horas comenzaron a llegar los concurrentes con sus equipos de mates y botellas de agua a la Plaza Alvear, algunos con la intención de participar del encuentro y otros en calidad de curiosos. Detrás del Monumento a la Madre, se armó un círculo con los tambores, cuya base se ubicó mirando hacia dentro del mismo, y en el centro se colocaron unas chapas sobre las que se apoyaron unos leños que, pronto, se convertirián en una fogata.

 

 

Algunas personas entraron al círculo y, luego de encender el fuego, dieron inicio a la ceremonia y temple de tambores. Mientras, el resto observaba desde afuera, escuchando los cánticos y el sonido de los instrumentos, cuya melodía se propaga en el aire al igual que las cenizas. Una vez concluido el ritual, se oyeron aplausos y vítores para luego dar lugar a la llamada de tambores.

Con más de dos décadas de historia, el Contrafestejo nació en octubre de 2002 con la intención de repensar el 12 de octubre, fecha antiguamente conocida como el Día de la Raza y en la que se conmemoraba la conquista de América (hoy Día de la Diversidad Cultural). En este sentido, su creador, Pablo Suárez, que también es licenciado en música popular, flautista, percusionista, docente universitario e investigador, comentó que se intentaba «incluir la voz de quienes resistieron a ese proceso y de quienes seguimos resistiendo porque creemos en una idea de justicia histórica, social y cultural en la que podamos construir una identidad colectiva más fiel y completa de la historia. Concretamente busca visibilizar la historia y el presente de los pueblos originarios y afrodescendientes».

Reviviendo el contexto de su surgimiento, Suárez contó: «En 2000 estaba estudiando percusión afroamericana y con algunos compañeros investigaba el candombe afrouruguayo. Hicimos varios viajes a Montevideo y tomé conocimiento de que la comunidad afromontevideana hacía una llamada de tambores importante para el 12 de octubre. En ese tiempo, con un compañero, Diego Sánchez, empezamos a compartir en Paraná lo que habíamos aprendido en Uruguay sobre los toques de tambores de candombe afromontevideano y se me ocurrió, como forma de repensar esa fecha, traer dicha idea como una voz alternativa y contracultural a la que siempre había escuchado que era esta celebración acá. La comenté con algunas personas y empezamos a trabajar en la concreción del primer Contrafestejo».

 

 

Durante esta nueva edición, la llamada de tambores realizó su partida en la esquina de las calles Buenos Aires y Carlos Gardel. Al ritmo de quienes tocaban alegre y efusivamente hubo otros que danzaron a la cabeza de la columna. Entre los presentes, hubo gente perteneciente a Candombe Transfeminista, a Batería NN y un rejunte que reúne a todos aquellos que estuvieron interesados en participar. En palabras de Marianela Bianco, que integra la organización del Contrafestejo desde 2015, se realizó una convocatoria abierta a través de las redes sociales. «Con una semana de organización está todo más que bien, salieron cosas muy lindas», afirmó en relación a los preparativos.

Este año se decidió que el Contrafestejo se celebrara en la Plaza Alvear, pero sus primeras ediciones vieron la luz en el camino de piedras del Pasaje Baucis. En la zona del antiguo Barrio del Tambor, un asentamiento de afrodescendientes de mitad del siglo XIX, que estaba cerca de la Iglesia San Miguel. Asimismo, otra de las locaciones elegidas en 2019 fue el Puerto Nuevo.

Bianco también conversó acerca de la historia del Contrafestejo, asegurando que «su base está alojada entre candomberes. En un momento eso era Nación Tambor, que luego pasó a llamarse La Yaguarona». En relación a esto, mencionó a la pandemia de 2020, en la que, debido a las restricciones y al aislamiento preventivo obligatorio, se imposibilitó la realización de ciertas actividades que requerían la presencialidad. «Se desintegraron algunos colectivos y grupos. De hecho, en Paraná no hay comparsas de candombe, pero la llama sigue. Ahora nos juntamos y hay de todo, gente que estuvo en La Yaguarona, La Conventillo, Las Dragonas, Candombe Disidente», expresó.

Sin embargo, en ese contexto, algunas personas de la organización se reunieron a través de videollamadas que llevaban a cabo semanalmente. «Entonces, empezamos a hacer unas reflexiones, a rever la historia del Contrafestejo», relató Bianco y mencionó que en el 2020, debido a esta imposibilidad de habitar el espacio público, se realizó un texto y audio de forma colectiva y se lo publicó en las redes sociales. También se invitó a que quienes habían participado de ediciones anteriores compartieran sus fotografías. En 2021, se realizó una publicación por medio de la cuenta de Facebook que convocaba a un encuentro asambleario en la Plaza Alvear para continuar con las preguntas en torno a esta celebración. Al año siguiente, la llamada a Contrafestejar tomó lugar en la Tribu del Salto, ubicada en calle Nogoyá al 535, y el motivo de hacerla ahí tuvo que ver con que esta realizaba un proceso de lucha para que se la declare Área Natural Protegida.

En la edición de este año, la primera recorrida se realizó en las veredas de la plaza y comenzó cuando la tarde aún era joven. Con cada toque de tambor y cada paso de baile se fueron sumando más ciudadanos. El festejo se contagió entre quienes fueron dentro de la comparsa y los que se hallaban en los costados. Desde los balcones observaban miradas curiosas. Los perros también desfilaron, agitando sus colas entre las personas. Esta primera pasada culminó en calle San Martín, antes de llegar a Colón, y lo hizo bajo aplausos y vítores de los presentes. Luego, el gentío atravesó el trecho que faltaba para volver al inicio, donde se preparaba la segunda tanda.

Durante la tarde, se despleron carteles en defensa de los humedales pertenecientes a la Multisectorial por los Humedales; una organización no gubernamental de la ciudad. Bianco destacó que las organizaciones sociales también hacen al Contrafestejo ya que están unidos por las luchas que interpelan a la comunidad. Esto fue algo que estuvo presente desde los inicios de acuerdo a Suárez, que relató que «una participación muy importante era la de los Baqueanos del Río, que siempre colaboraban. A lo largo de los años pasó mucha gente, yo estuve desde el 2002 hasta el 2008 coordinando la producción del evento. Otra participación relevante, en el 2004 y 2005, fue la del Foro entrerriano de lucha contra el ALCA». También mencionó que muchos gremios, sindicatos y colegios profesionales se sumaron con el tiempo y, entre ellos destacó a algunos como, por ejemplo, AGMER, ATE, el Sindicato de Empleados de Comercio, el Colegio de Abogados, o la Casa de la Cultura Indo-Afro-Americana de Santa Fe.

«Me parece súper valioso que el Contrafestejo se siga conmemorando, celebrando y produciendo en la actualidad. Hay momentos en los que se hace necesario porque están en pugna esas visiones contrapuestas acerca de nuestra historia, identidad y cultura», ratificó el iniciador. Asimismo, dio cuenta de su postura sobre futuras ediciones: «No debe ser algo similar siempre, sino estar sustentado en un permanente proceso de reflexión, vinculado a las circunstancias de cada momento, a la autocrítica y a la reflexión constante sobre el quehacer propio y al diálogo con las organizaciones que están interesadas. Es válido, necesario y debe estar apoyado en ese sustrato de investigación, de reflexión y de comunicación con sectores lo más amplios posibles de nuestra sociedad».

Al caer la noche primaveral sobre la ciudad y al correr un viento agradable comenzaron la tercera y última ronda su recorrido. Aunque cierto cansancio era evidente, los ánimos no decayeron y el sonido alentó a los cuerpos que se movieron alegres. Algunas personas acompañaron con palmas y otras se sumaron a bailar hasta que dejó de sonar el último tambor. El Contrafestejo concluyó su parte en la plaza, pero la fiesta continuó en Courreges 418, donde está la asociación civil Barriletes. Entonces, muchos de los presentes se trasladaron hacia allí.

 

 

El lugar fue propuesto por Reina Trupiano, integrante de Barriletes que también dialogó en torno su vínculo con esta organización. «Me sumé a mi primer Contrafestejo en 2015 o 2016. Éramos gente que tenía tambor o que fuimos a bailar, sin una cuerda en particular, pero sí con ganas de estar ahí y tocamos como ese rejunte autoconvocado. Había muchas personas de Paraná y de los últimos participaron un montón de otras de Córdoba, Santa Fe, Rosario, Buenos Aires, Uruguay, de todas partes», compartió y mencionó su participación en la comparsa La Conventillo. «Actualmente, no existe, pero nos juntamos y surgió a partir de esta instancia del Contrafestejo, de conocernos las caras y sentir esa conexión re linda. Soy de Concordia y cuando vine a estudiar acá, eso fue como una instancia de reencuentro con mi ciudad, con esa raíz también», agregó.

Las puertas abiertas de par en par invitaron a pasar un buen rato en el patio del lugar. Allí se desplegaron banderines y luces que adornaron el ambiente, acompañado por el olor de la comida que ofreció Doña Elena. También hubo bebidas a precios populares que, pronto, empezaron a girar entre los presentes. En el escenario se presentó Tronco Tambor. Le siguió un conversatorio llamado Argentina no es blanca: reivindicar las luchas, comunidades y territorios. En ese sentido, Bianco manifestó: «Desde 2020, estamos tratando de darle el espacio a la palabra, a los mayores, a los referentes. Eso nos parece importante, volver un poco a las raíces». Entonces, se escucharon las voces de Ara Mimbí Olivia Vera, de Afro/Guaraní Amauta del Consejo de Amautas Indígenas del Tawantinsuyo (CAIT), que también es referente Guaraní de la Provincia y del Consejo Indígena de Argentina con sede en La Plata; Rocío Arapeys, referente del Pueblo Charrúa de la Comunidad de Paraná; Îvîra Vera Espinoza, referente del Pueblo Guaraní de la Comunidad de Paraná; y Marina Crespo, coordinadora de la Agrupación Entre Afros. Además de quienes se expresaron, se presentó una muestra de cerámica afro.

 

 

El tumulto de personas se expandió a lo largo y ancho del patio de Barriletes e incluso afuera, donde mucha gente descansaba en la vereda y charlaba animosamente luego de semejante jornada. La noche terminó con los números de Hugo Rossi, quien también participó del Conversatorio, y Marcos Galeano, que juntos presentaron Milongas Negras; Batería NN; el trombonista Martín Bustos y La de Bolsillo.

 

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