TEXTO PABLO RUSSO
ILUSTRACIÓN MARTÍN PÉREZ CAMPOS / FOTOGRAFÍAS FABRICIO ALMADA
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El Puente Blanco es la salida. No lo es hacia el centro de la ciudad capital de la provincia, sino hacia el otro lado: el interior del barrio; es decir, es una salida en tanto comienzo. La Guadalupe –como se conoce popularmente a la Escuela Secundaria N°28 Nuestra Señora de Guadalupe– es la llegada, para la cual existen dos opciones de 52 casilleros. Del Puente a “La Guadalupe”. Un recorrido por La Floresta es el nombre del ingenioso juego de mesa ideado por un grupo de docentes de esa institución, que se propone fortalecer el vínculo con la gurisada de esa barriada y las aledañas, de entre 11 y 19 años, que en muchos casos no tiene acceso a los recursos de la virtualidad que imperan en la pandemia actual.
La imagen de Héctor Gómez y Martín Basualdo están en el centro del tablero donde se representa el mural con sus rostros que recuerda a estos dos desaparecidos en democracia. Después de pasar las vías del tren, el casillero seis invita a la bifurcación de caminos. El que toma a la derecha pasa por el algarrobo negro, el ex frigorífico, la pintada de Héctor y Martín, el Club Sportivo Urquiza, la barranca de acopio, el Centro Comunitario N°4, la Escuela Bazán y Bustos, la Planta de Separación de Residuos, el Volcadero y los bañados. El recorrido de la izquierda sube por el lateral del tablero para visitar el Centro de Salud Ramón Carrillo, luego dobla a la derecha hacia el Anfiteatro Linares Cardozo y la Plaza Eva Perón, el CIC, el Jardín Maternal Los Pingüinitos y la Biblioteca Nora Cortiñas. Ambos rumbos tienen casilleros con nombres de calles, se detienen en mini basurales al paso y, además, están acompañados por la posibilidad de la buena suerte que ofrecen los duendes del barrio.
Quienes inventaron esta herramienta esperan poder conseguir fondos que les permitan la impresión de algunos ejemplares para que sean repartidos en las instituciones del barrio y que la escuela tenga para compartir con sus estudiantes, cuando se pueda volver. Por ahora, está disponible para su descarga gratuita e impresión del tablero en modalidad A3 o A4, las fichas, las piezas, el dado y la revista explicativa entre los recursos didácticos en la página web de La Guadalupe.
«El juego nace en este contexto de pandemia que hoy atravesamos, en donde esta nueva modalidad de trabajo virtual pasó a tener un papel fundamental en el proceso de enseñanza y aprendizaje, y en el cual quedó relegado a un segundo plano la presencialidad, asistir a las escuelas, construir con el otro ese vínculo interpersonal tan importante», le dijo Elizabeth Achares, docente de primero y una de las creadoras de Del Puente a La Guadalupe, a 170 Escalones. La iniciativa surge, en este sentido, por la necesidad de dar respuestas a dos cuestiones que se le plantearon a los docentes, detalla Elizabeth. La primera, darle continuidad a las Jornadas sobre Derechos Humanos que organiza la institución desde 2012 y que con los años se hicieron interescolares con la suma de otros establecimientos. «En estas jornadas han participado distintas organizaciones barriales, instituciones universitarias, sindicatos, organizaciones sociales de Buenos Aires y de Córdoba, profesionales de la salud, la comunicación, ambientalistas; también se dio lugar al arte en todas sus expresiones, como el rap, folclore, obras de teatro, murgas, murales. Siempre tratando de abordar los derechos humanos en todas sus categorías: derechos civiles, políticos, económicos, sociales, culturales y ambientales», detalló Eli, que ejerce la docencia desde hace catorce años. Las jornadas «son un espacio en el cual nuestras gurisas y gurises encuentran la posibilidad de cuestionar lo establecido y la habilitación de la palabra para así construir un mundo mejor», sintetizó. El segundo elemento disparador fue la pretensión de reestablecer la comunicación y el vínculo pedagógico con los y las estudiantes. «Creemos que en este contexto donde el acceso a la virtualidad es fundamental, se marcaron más las desigualdades sociales y económicas. Desde nuestra institución se trabaja aproximadamente con el 30% del alumnado. Esto nos indica que existe un gran porcentaje de estudiantes ausentes en el sistema y a quienes se les vulnera este derecho universal de recibir educación», compartió Eli. Por eso la necesidad de estrategias y metodologías que resignifiquen las prácticas docentes.
Inicialmente se ideó Un recorrido por La Floresta para el ciclo básico (entre 11 y 15 años), pero después le agregaron distintas modalidades porque, según sus autores, puede funcionar para toda la familia. Martín Pérez Campos, tallerista en el espacio de formación complementaria y diseñador gráfico, fue quien le dio forma al pensamiento lúdico de Elizabeth y Fabricio Almada. «Me gustó ilustrar los diferentes espacios y lugares que tiene el recorrido del juego, que son parte de la historia de un barrio muy viejo de nuestra ciudad y que también está bueno que se conozca a través de la mirada de la escuela, de su gurisada y de su grupo educativo», resumió Martín.
Fabri Almada indicó que «empezamos a escribir y armar ideas. Tanto Eli como yo somos bastante torpes a la hora de salir del formato de texto. Martincho (Pérez Campos), que es profe de la escuela y con quien hemos tenido otras experiencias, es muy creativo. Nos parecía que conociendo el contexto podía llegar a plasmar lo que queríamos. Empezamos a escribir y mandarle bocetos, por dónde nos parecía que podíamos ir, él nos iba sugiriendo algunas cosas y así fuimos delineando el juego». Así aparecieron las referencias no solamente en cuanto a calles, sino también a instituciones. Luego, la idea de que en el barrio había otras cosas: el mural de Gómez y Basualdo o los espacios con los que se van armando redes desde la La Guadalupe, como la Biblioteca Nora Cortiñas. Las fichas adquirieron formas y colores para vincularlos con aspectos de la geometría y las artes visuales. Asimismo, se recuperaron algunas características históricas del barrio, como el duende de La Floresta, que se transformó en ficha de la suerte. «En el recorrido aparecieron el Volcadero y los bañados como parte identitaria. Así se fue configurando el barrio, haciendo investigaciones sobre espacios y a medida que agregábamos íbamos debatiendo también sobre el sentido político del juego», señaló Almada.
En esa discusión sobre lo expresado en el tablero decidieron dejar afuera a dos instituciones que tiene mucha presencia en la zona: una es la iglesia y la otra la comisaría 5ta. «Si bien contamos cómo sucedió el caso de Gómez y Basualdo y se hace referencia a la 5ta, nosotros no las colocamos en el juego porque no tenemos relación con esas instituciones. Fue interesante ponerlas en debate y, en este caso, no plasmarlas», subrayó el docente.
La propuesta cuenta con una revista en la que se profundiza sobre las referencias históricas del juego, además de explicar el reglamento. Para esto encararon una investigación virtual, en bibliotecas populares y con testimonios orales mediante entrevistas a vecinos.
Como en el tablero, el grupo docente pudo avanzar casilleros, sortear obstáculos y obtener recompensas por las respuestas correctas. Con la ayuda del duende de La Floresta, ahora sueñan con que Del Puente a La Guadalupe pueda pasar de la pestaña virtual de los recursos didácticos a la mesa de los gurises y las gurisas del barrio de La Floresta. «Nos gustaría que alguien nos pueda financiar el juego para que se reparta en el barrio, por los menos en las instituciones con las que construimos redes y tener para jugar en la escuela. Sería genial que se lo puedan llevar a sus casas y jugar con la familia», se ilusionó Fabri Almada.
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