4 de octubre de 2024

Explorar la oscuridad

TEXTO Y FOTOGRAFÍAS FRANCO GIORDA

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Movido por la sospecha que le provoca que la palabra tenga, según expresa, una función subalterna en relación a la imagen, Boris Bellmann ha compuesto 20 poemas que dan contenido a Negativos (2021), obra publicada por editorial Ana. Asume que el libro concebido es pesimista y al respecto reflexiona «es posible que el pesimismo implique también cierta sensatez en el intento de mirar detrás de la foto» y agrega: «allí, donde la luz oculta y la sombra comienza a revelarse». La presentación de la producción poética será el miércoles 23 de febrero a las 21 en Casa Boulevard (Ituzaingó 80). En la ocasión, habrá lecturas y música en vivo.

Boris nació en Paraná en 1986. Toca la batería en bandas de pop y rock, compone canciones y escribe. Su relato Jardín (2005) obtuvo el Primer Premio Género Cuento en el Concurso Nuevos Autores de Editorial Entre Ríos y fue publicado en la Antología de Nuevos Autores de la misma Editorial.

Negativos es su primer libro de poesía y abre con La escena, pieza que fuera ilustrada por la artista Camila Rufiner y que obtuviera el primer premio en el Salón Municipal de Poema Ilustrado de Paraná, edición 2020. La elección de esta apertura marca el clima general de la obra: describe la agonía de un viejo perro mastín luego de haber sido arrollado por un furgón en plena avenida.

«Me gusta pensar que (el libro) es un hijo de la pandemia, pero no del mero encierro, sino también de reflexionar sobre el momento en el que estamos viviendo, tanto individualmente como a nivel comunitario. Mis últimos tres años han sido bastante difíciles. Los últimos dos, específicamente, por la pandemia. Antes de eso tuve unos problemas de salud graves en los cuales empecé a mirar un poco para atrás. Más allá de la experiencia personal, me parece que es un libro que tiene mucho que ver con la época en que vivimos» dijo el autor a 170 Escalones.

A esta actualidad, la calificó como «un momento de gran decepción y desazón. Me parece que veníamos, desde todo punto de vista –político, tecnológico, cultural—, de un montón de promesas o, de alguna forma, de un optimismo exacerbado en relación a la tecnología y a los procesos renovadores. Me parece que los últimos años han sido un cachetazo para darse cuenta de que el mundo está bastante hecho pedazos».

 

 

En este sentido, los versos de Boris hablan de la depredación del ambiente, las quemas, el saqueo, el extractivismo, la matanza de animales, así como también de los temores de la infancia, la barbarie de los linchamientos o de lo siniestro y lo mortuorio como un estado de ánimo.

«Escribo hace un montón y muchas de mis escrituras han ido a parar a canciones de Equilátera, que no es precisamente una banda que tenga en sus letras un sentido pesimista del mundo. Sin embargo, en un momento, me di cuenta que empecé a escribir con esa tónica y, en vez de rehusar de eso, lo profundicé y me fui al extremo. Así, poemas que traía de antes se resignificaron a partir de que los empecé a rodear con muchos otros poemas actuales» dijo y agregó «la literatura me permite explorar zonas que para mí eran inhóspitas».

El referido tono de la obra se puede adelantar a partir de la selección de algunos pasajes. Por ejemplo, la última estrofa de La invasión expresa «La llanura traza // un horizonte de silencio // sobre las cenizas // del humedal»; en Los ciclos dice «En la lógica del universo, // solo se es, // si antes ha sido.»; en La mancha se lee «A su paso, // el aire se aploma. // El ambiente espeso // se inunda con olor a panteón»; en Los tiempos se insta a «aplaudir un poco menos // espantarnos un poco más.», en El otro se anuncia que «Entre juguetes dormidos, // se despierta un alacrán.»; En El Futuro se afirma que «El futuro es el recuerdo // de un pasado que tuvimos // y se nos terminó escapando.»

En cuanto al título Negativos, Boris contó que propone «un juego polisémico en el cual “negativos” es una definición de los poemas. Con esto, me río un poco de mí mismo, de mi visión del mundo. También termina de cerrar con el texto de contratapa que tiene que ver con esa cuestión de la fotografía en la cual el negativo es la forma en la que inicialmente se proyecta la luz. Lo que nosotros vemos termina siendo una revelación de eso. Es una invitación a ver las cosas, quizás, desde otro punto de vista, desde otro ángulo, con mayor profundidad, en busca, si no de respuestas, por lo menos, de preguntas que nos lleven a concluir que el mundo no está tan perdido como pareciera en los poemas. La cuestión va por ahí: la definición de los poemas y de ver las cosas de otra manera. En ese juego va el título».

La foto de tapa es autoría de Mateo Oviedo y plantea una posible síntesis de ese estado de desánimo y desasosiego que contiene la veintena de poemas reunidos por Boris Bellmann en Negativos.

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