TEXTO PABLO RUSSO
FOTOGRAFÍAS EL EQUIPO AZUL
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Pez se presenta como un juego para volver a mirar el río. Se trata de la segunda producción lúdica de El Equipo Azul, que propone esta vez una baraja de naipes con especies del río Paraná, Uruguay y de la Cuenca del Plata.
Mientras sus autores esperan la llegada del nuevo lote de Piedras del Universo, la primera creación, lanzan una pre venta a precio de lanzamiento de Pez, «una propuesta para vincularnos con los peces desde un espacio que no tenga que ver con lo gastronómico, con lo turístico o con lo deportivo», le dijo Ivan Taylor a 170 Escalones.
Las ilustraciones de las cartas estuvieron a cargo de Elina Aguilar y el diseño lo concretó Rocío García. Jorge Cuesta, por su parte, se encargó de desarrollar unas palometitas en 3D que forman parte del lote. «La dinámica está pensada para todas las edades, estéticamente hacemos foco en mayores de 25 años. Lo que le pedimos a Elina son ilustraciones como la de esos libros de botánica o naturalistas del siglo XIX y ella rescató muy bien el sentido de la propuesta», agregó Taylor.
Se puede jugar entre dos y nueve personas. «Hay seis modalidades distintas, sin importar cuanta gente haya en la reunión. Se pone muy divertido y muy dinámico. Es muy argentino porque tiene mucha picardía y te da lugar a que, si tenés malas cartas igual puedas ganar mintiendo o convenciendo a los demás de que tus cartas son buenas», adelantó Taylor. Se puede jugar en equipos, individualmente, en parejas, en tríos y en tríos de parejas. «Este último formato no existe en otros juegos, son tres parejas jugando simultáneamente», aclaró. «Lo testeamos un montón con muchas personas y la pasamos muy bien. Tiene una curva de aprendizaje breve, de cinco o siete minutos», añadió.
«Surgió más o menos de la misma manera que Piedras del Universo, con una búsqueda similar que es poder jugar y desplegar sobre una mesa temáticas que tiene que ver con nuestro contexto más cercano», compartió Mariana Bolzán, de El Equipo Azul. «La elección del nombre tiene que ver con eso, con una palabra incómoda que usamos muy específicamente para algunas cosas pero que queríamos reivindicar. Es una palabra simple, sencilla, que tiene en su sonoridad algo de la rapidez y la dinámica del juego. Estamos vinculados a los peces solamente desde el punto de vista gastronómico o deportivo, a través de la pesca; entonces la propuesta era poder acercarnos a ellos desde un lugar diferente: desde cómo son sus características, cómo se mueven en el río, cómo es su cadena alimentaria, cómo es su comportamiento. Esa fue la idea madre: poder plasmar el comportamiento de los peces sobre una mesa en forma de juego», detalló. Hay un poco de azar y un poco de estrategia combinadas: «Es baraja nueva, original, con otro tipo de valores y personajes y queríamos que las ilustraciones y el diseño terminen de complementar el sentido. Cada carta es una obra de arte. Elina hizo un laburo muy muy pormenorizado. Son cartas que vale la pena tener, mirar, más allá que sean objetos del juego. Apuntan a una puesta estética y de arte», remató Bolzán.
Consultada por este aspecto creativo, Elina Aguilar acotó: «desde el principio estuve muy compenetrada y emocionada cuando nos juntamos con Iván en la primera reunión y me comentó la dinámica, en la que no intervienen ni redes ni anzuelos ni ningún elemento que tuviera que ver con la pesca. La premisa es que se trata de peces, no pescados, animales vivos, con movimiento, en su plenitud. Ese fue mi objetivo con las ilustraciones». La labor que desarrolló la artista durante cuatro meses comprende 16 especies de animales acuáticos. Sobre su proceso, reveló que dibuja a partir de fotos y, en este caso, también observó videos para tener una idea de cómo se mueve el pez abajo del agua. «Trabajé con movimientos curvos, cuerpos que se doblan y algunas perspectivas para esas ilustraciones. Traté de crear imágenes nuevas a partir de ese collage anterior», expresó. Como la premisa era que los peces tenían que estar vivos, se focalizó en un dibujo analítico, en una representación lo más fiel posible, sobre todo en su estructura y movimiento. Utilizó estilógrafo 005 -los de punta más fina- y aplicó técnica de puntillismo y texturas, con puntos muy próximos entre sí en diferentes calidades y valores, en escaleras de grises. «El resultado es como si el dibujo fuera un grabado», comentó Aguilar.
El diseño lo realizó Rocío García a partir de esas ilustraciones. «El proceso arranca, como muchos, con una buena reunión con el equipo y con la Eli Aguilar. En esa reunión nos cuentan el concepto detrás de la dinámica y, por supuesto, jugamos un rato», confesó García. «Lo que empezó a aparecer es que como con cualquier naipes en el que el objetivo es ganar y divertirse, empiezan a surgir las mañas y eso hace más entretenido el asunto. Al momento de diseñar las piezas hubo que tenerlo en cuenta: por ejemplo, el diseño tiene una responsabilidad de volver anónimas las piezas, en cuanto a las cartas y las posibilidades de conocer las del contrincante», indicó. «Con respecto al partido gráfico, me inspiré en la estética de las cartas de navegación del río Paraná, que estuve investigando, donde se pueden ver rutas de navegación, islas, puntos cardinales. Así se le dio un contexto, hábitat a esos peces ilustrados. Los tonos principales que se eligieron fueron el azul y el color cartón graf sobre el que se imprime buscando un vínculo de las mezclas de las aguas de los ríos que conforman la cuenca del Plata. El logotipo remite directamente a un pez que salta del agua; me parecía importante remarcar lo vivo por la perspectiva que el equipo le quiere dar: pensar en peces antes que en pescados. Se apela a un interés acerca de las especies del río en cuanto al aporte al equilibrio ecológico», explicó. Finalmente, sobre el packaging, señaló que tiene un diseño específico para contener de manera ordenada los distintos elementos que trae el envase. En su interior tiene dos apartados: uno en el que van los naipes y el reglamento plegados; otro con las fichas de peces, que son las palometas impresas en plástico 3D que sirven para el puntaje.
Con El Equipo Azul, ya no hay excusas para dejar los celulares de lado y dedicarse un rato a los juegos de mesa locales. En este primer lote saldrán 500 unidades a un precio de 900 pesos.